Tu cuerpo te avisa cuándo tienes estrés

En períodos más largos perjudica física y mentalmente

El estrés es uno de esos males que parecieran ser inherentes al mundo tan dinámico en el que estamos transitando. Cualquier situación puede generarlo y se manifiesta a través de pensamientos y emociones como frustración, enojo o miedo.

El estrés es incluso una moneda de dos caras. En algunas oportunidades, es sencillamente inevitable y en pequeños episodios te ayuda a mantenerte alerta, en especial cuando corres peligro. Pero en períodos más largos es un estado perjudicial física y mentalmente, y en esto coinciden psicólogos y psiquiatras.

Los especialistas también advierten que hay una correlación directa entre el estrés crónico y el deterioro progresivo de la salud física y mental. El cuerpo humano no fue creado para batallar largas jornadas laborales, pues aún terminadas, la mente continúa lidiando con preocupaciones y pensamientos que no cortan el vínculo ni siquiera durante las pocas horas de descanso.

Además, de acuerdo a algunas investigaciones, el estrés limita el efecto reparador del sueño, por lo que la sensación de cansancio se extiende, creando ansiedad, dolores de cabeza, y otros síntomas que limitan el rendimiento laboral y en las tareas cotidianas.

¿Cómo reacciona el cuerpo ante el estrés?

Hay personas que experimentan aumento en la frecuencia cardíaca como respuesta fisiológica a períodos extensos de estrés, e incluso logra ralentizar el sistema digestivo provocando acidez estomacal, náuseas, estreñimiento o diarrea.

Algunas investigaciones como la desarrollada por Pederse, Zacharieae y Bovbjerg, demuestran que el estrés tiene una influencia negativa sobre nuestro sistema inmunológico. Este efecto nos hace más susceptibles a enfermedades.

Estar bajo la influencia del estrés también podría hacerte recurrir a comportamientos no tan saludables como comer en exceso, ingerir bebidas alcohólicas con mayor frecuencia, fumar, dormir demasiado o no lograr conciliar el sueño.

¿Cómo controlar el estrés?

Expertos recomiendan atacar al estrés directamente, porque nada se logrará resolviendo sus síntomas si la fuente del problema continúa activa produciendo más y más ansiedad. Para ello, debes:

  1. Reconocer las cosas que no puedes cambiar y aceptarlas tal y como son. Evita las situaciones estresantes, por muy difícil que parezca, darse un espacio siempre puede ser una fuente de alivio.
  2. La actividad física como el ejercicio no solo te permite desconectarte, sino también drenar energía y permite que el cerebro haga su propia sanación bioquímica bajando los niveles de cortisol.
  3. Una alimentación sana, dormir lo suficiente, hacer alguna actividad que realmente disfrutes, y aprender a decir que no, te pueden ahorrar muchos episodios incómodos que disparan el estrés.

Por: Daniela Chirinos Arrieta