Trabajar 200 días seguidos: ¿Vale la pena?

La experiencia de Mike Seper para emprendedores

Luce agotador. Exponerse a trabajar sin descanso durante siete meses seguidos, de lunes a lunes, debe ser una de las experiencias más desgastante. Sin embargo, los empresarios que persiguen un propósito claro, están dispuestos a cruzar ese periplo y hasta sentirse orgullosos de hacerlo.

Para muestra está Elon Musk, quien comenzó siendo un emprendedor y hoy es magnate sudafricano. Recientemente salió al paso de quienes atribuyen a la suerte, el éxito que ha tenido en los negocios, revelando que trabajan 50 horas semanales y descansa solo 6 horas diarias.

Otro hombre de ciencias, Mike Seper, quien es facilitador de la Red de Liderazgo Emprendedor y un estudioso que fomenta la innovación para la seguridad nacional en la Universidad de Washington, trabajó siete días de la semana, durante siete meses seguidos. Experiencia que le permitió llegar a varias reflexiones.

Cuando desarrollas un emprendimiento que está alineado con tus intereses y metas personales, se vuelve una tarea energizante. Para Seper, su carrera se ha convertido en una especie de extensión de su interés por la innovación. Sus jornadas laborales se convierten en un camino por su devoción a la educación y la excitante sensación de alcanzar metas.

Trabajar todos los días se hace necesario, pero eso no es igual a estar a disposición de los demás. Se deben priorizar las tareas propias que sean productivas, y evitar el estado de alerta constante para reaccionar ante las necesidades (y a veces caprichos) de clientes internos o externos.

Este multifacético facilitador además de compartir sus enseñanzas durante los días de semana, dedicaba los fines de semana a practicar lo que predicaba en sus sesiones. Tenía un parque de aventuras, y disfrutaba lanzarse en tirolesa. Esta actividad le terminaba de llenar la agenda, no había día libre. Pero era un ladrillo más en la construcción de la vida que realmente le importaba.

Eso no quiere decir que no le dedicaba tiempo a su familia. Hacer de las pequeñas tareas interacciones energizantes es el secreto. Encontrar un propósito para cada interacción, darle significado.

También recomienda priorizar el tiempo para uno mismo. Trabajar todos los días puede ser necesario, pero nunca es necesario pasar un día entero reaccionando a las solicitudes de los demás.

“Leerles a mis hijos antes de acostarse, por ejemplo, se convierte en un momento especial cuando lo enmarco como tal. Disfruto esto porque reconozco que estos momentos fugaces deben ser apreciados. Esta misma filosofía se traduce en reuniones de equipo, sesiones de tutoría con estudiantes y chats con clientes”, le comenta Seper a Entrepreneur.

Por lo que dedicarse al emprendimiento no significa ausentarse de la familia. Disfrutar los momentos en familia y junto a amistades son el complemento para una mejor salud mental y trazar el camino a la felicidad, sin ellos no hay éxito que celebrar.

Por: Daniela Chirinos Arrieta