Hablemos de bullying: ¿Y si mi hijo es el agresor?
El opresor recurre a la violencia para expresar su propio dolor
Se suele subestimar al bullying y tratarlo como un problema entre niños o jóvenes, pero la evidencia a lo largo de los años ha demostrado que tiene una trascendencia mayor. Los padres tienen un rol importante en problema de conducta que convierte a algunos niños en víctimas y otros en victimarios.
Pero no siempre el más pequeño de la casa es el agredido; a veces resulta ser el agresor pues encuentra en el bullying una manera de expresar el dolor o malestar que lleva dentro o que vive en su familia, tal y como lo señala un artículo publicado en el portal web publimetro.com.mx.
La pregunta es, ¿cómo saber si tu hijo es el victimario o el agresor? El rol de los padres es fundamental, ya que el eje de esa situación es el comportamiento violento e intimidatorio y se manifiesta de manera física, verbal, psicológica e incluso a través de redes sociales.
La psicóloga clínica y especialista en problemas de aprendizaje, Cathy Calderón de la Barca, citada en el referido artículo, alerta sobre el acceso a las nuevas tecnologías que, inevitablemente, tienen las nuevas generaciones, también llamados nativos digitales.
“Si estás al pendiente del celular de tu hijo te vas a dar cuenta de en qué está metido. Pero hay muchos padres a los que les da miedo revisar estos aparatos cuando tienen hijos dominantes porque dicen que es como violar su espacio íntimo”, señala.
La especialista también invita a los padres a enseñar a sus hijos asumir las responsabilidades de sus actos, explicarles por qué tienen la autoridad de supervisarlos. Recordemos que corregir en casa las conductas erradas forma parte de los deberes de en la crianza.
“Si el celular está a mi nombre y hay una situación en la que tú te metes en problemas a quien llaman es a mí. En el momento en el que tú decidas trabajar, ser independiente y pagar tus cuentas para ser capaz de tener el tuyo, en ese momento no te lo reviso”.
Las estadísticas muestran que -asegura Calderón- aquellos niños que saben que los papás les revisan el teléfono, son menos propensos a agredir o a hacer amenazas en contra de otros de su edad. Los niños que dicen “mi papá para nada me revisa el celular; yo le dije que no”, son los más propensos a ser agresores.
Rol de los padre y la familia
El bullying puede causar una gran carga de estrés en tu hijo, depresión, ansiedad, problemas para socializar, bajo rendimiento escolar, introversión e incluso presencia de trastornos psicosomáticos. Tu responsabilidad es igual o mayor cuando es tu hijo el opresor, ya que demuestra a través de la violencia el dolor o malestar que sufre en casa.
El origen de una conducta violenta en niños recae en la familia: Procesos de divorcio, maltrato, discusiones regulares. Esto no quiere decir que la familia sea mala ni tóxica, solo que está atravesando por problemas, pero los niños no cuentan con las herramientas para sobrellevar estas situaciones.
Visitar frecuentemente la escuela es otra manera efectiva de supervisar a tus hijos. En muchas oportunidades los docentes se percatan de esta situación, pero temen comentarles a los padres. Debe existir un canal de comunicación abierto entre docentes y padres para garantizar el bienestar de los niños.
Algunas consecuencias que aparecen en los niños opresores son la falta de control por una actitud impulsiva o violenta, problemas en las relaciones familiares y sociales, diminución del rendimiento escolar. Al no corregir a tiempo estos problemas, se trasladarán a la adultez.
No es cuestión de proteger a los débiles y los opresores son los villanos. Son niños, y su conducta apenas está en proceso de formación, por lo que nuestra responsabilidad como adultos es orientarlos y formar unos ciudadanos respetuosos de la convivencia.
Por: Daniela Chirinos Arrieta