Derrota tus creencias limitantes

Plantéate nuevas rutas de pensamiento

La mente poderosa. Esta sentencia, más que una afirmación motivacional es una realidad. Desde la psiquiatría y psicología han dejado claro que mucho de lo que hacemos, pensamos y sentimos guarda estrecha relación con nuestras creencias más profundad.

Dicho de otro modo, todos vemos la vida a través de gafas conformadas por ideas que nos acompañan desde que nacemos y que, aunque no prestemos atención, aumentan nuestra propensión de pensar de un modo y no de otro.

Se trata de las creencias limitantes. Así lo plantea el psicólogo Hugo Torres, en un artículo publicado en psicologiaymente.com. El especialista las describe como: Ideas muy enraizadas en nuestra manera de pensar que, en vez de permitirnos alcanzar rápidamente conclusiones que normalmente son acertadas, nos hacen caer una y otra vez en los mismos errores.

Estas creencias -agrega- buscan mantenernos dentro de la zona de confort y evitan que nos expongamos a nuevas rutas de pensamiento que nos permitirían desarrollarnos como personas.

El abanico de creencias limitantes es muy amplio. Sin embargo, a modo de orientación el licenciado en piscología graduado en la universidad de Barcelona, España, enumera las seis más comunes, a saber:

  • Si muchas personas creen lo mismo, debe de ser cierto. Esta aseveración llevarnos a confiar prácticamente en cualquier tipo de idea y la verdad es que cada idea absurda tiene una buena cantidad de adeptos.
  • Si los demás me reprochan algo, debo de ser culpable. Es muy frecuente que las personas con cierta inseguridad crean en esto. Sin embargo, la tendencia a decir que sí a todo hace que te exijan más que el resto y que, incluso sin darte cuenta, apliquen otros estándares morales por no defender tu punto de vista.
  • Cada persona tiene su media naranja. Esta creencia puede ser de las más dañinas, ya que nos lleva a pensar que somos personas incompletas hasta que no encontramos a alguien especial. Pero lo cierto es que no hay ningún motivo para creer que tu felicidad o capacidad para adaptarte al mundo depende de si nos reunimos o no con alguien.
  • Ver cosas es mejor que hacer cosas. Esta creencia está basadas en la pasividad y el sedentarismo son responsables de buena parte de las experiencias que nos perdemos en el día a día. Más importante aún, salir de la zona de confort es imprescindible para romper ciclos.
  • Sacrificarse por los demás siempre da sus frutos. El día a día demuestra que apostarlo todo por contentar a los demás no tiene por qué servirnos para obtener algo a cambio, más allá de que el resto se acostumbre a que les asistamos.
  • No tengo el talento suficiente para hacer algo. Esta creencia se derrumba cuando aceptamos que los medios de comunicación, redes sociales crean burbujas de marketing que distorsionan la realidad. En la gran mayoría de los casos no se trata de una aptitud con la que se nazca, sino que depende básicamente de la práctica y del esfuerzo que se pone detrás.

Cambiar tus creencias limitantes requiere de tiempo y, en muchos casos, apoyo profesional. No obstante, al identificarlas y trabajarlas, se permite mejorar la perspectiva de tu vida, mantener la intención en tus objetivos y procurar tu tranquilidad.

Por: Daniela Chirinos Arriera