Las fantasías sexuales de las mujeres son más perversas

Voyerismo, fetichismo, exhibicionismo y masoquismo

Hay una creencia común y es que los hombres fantasean en mayor medida que las mujeres, pero de acuerdo con algunos estudios las mujeres son las que tienen fantasías que representan un paso más allá hacia lo perverso y el morbo.

Existe esa convención social de la ficción de novelas eróticas en que las fantasías femeninas tienen un tinte romántico, pero esto no es del todo cierto.

La sexóloga Wendy Mailtz y la periodista Suizie Boss realizaron un estudio titulado “El mundo íntimo de las fantasías sexuales femeninas” donde se explora que las fantasías de las mujeres tienen un anclaje en los sueños donde se expresan con total libertad para luego reprimirse en su día a día.

Los hombres continúan en sus fantasías adolescentes de sexo grupal, aventuras de promiscuidad. Pero las mujeres, se ponen serias en esta materia, y sus fantasías van por la temática de ser sometidas y obligadas a tener sexo. Sí, hay algo de relación con pasiones freudianas e inclinaciones al sadomasoquismo.

Fantasías más comunes

Pero, ¿cómo definir a una fantasía erótica normal? En efecto. Es más fácil determinar lo que no es considerado como normal. En la actualidad se considera anómalo o solo inusual, el interés por el voyerismo, algunos tipos de fetichismo, exhibicionismo, sadismo y masoquismo.

En la Universidad de Quebec à Trois-Rivières, el profesor de psicología Christian Joya, dirigió una investigación en la que se encuestaba a hombres y mujeres mayores de 30 años. Las fantasías más comunes en los hombres van de recibir sexo oral o practicar un trío con dos mujeres. Pero las mujeres, apostaron por la sumisión y la dominación.

Pero explicar por qué el rol de sumisión en las fantasías puede ser un ejercicio interesante, la sexóloga Syvia de Béjar tiene una hipótesis al respecto en la que “durante muchas generaciones las mujeres han elegido un papel bastante pasivo en las fantasías. Lo de dominar era algo que no nos autopermitíamos, porque nos habían educado en que eso es sucio y hay que ser discretita”.

En realidad, recrearse en una fantasía no es sinónimo de querer o tener la necesidad de ejecutarla en la vida real. Las mujeres suelen arriesgar más en estos terrenos “oníricos” y disfrutar de esos pensamientos libidinosos.

Por: Daniela Chirinos Arrieta