¿Subir de peso después de los 30?
5 hábitos diarios que pueden generar este descontrol
Cuando entras en tu década de los 30 el cuerpo te avisa que ha llegado el momento de comenzar a cuidar tu peso poniendo atención en tus hábitos y estilo de vida porque el metabolismo entra en un proceso de cambio que no le permite asimilar los alimentos tan rápido como unos años atrás.
Es posible que la cantidad de grasa corporal vaya en aumento. Según Medline Plus, las personas de 30 años pueden tener casi un tercio más de tejido adiposo comparado a cuando eran más jóvenes y empiezan a presentar molestias en las articulaciones porque éstas se van poniendo un más rígidas.
Hay que aceptar que, a partir de esta edad, el cuerpo tiene otras necesidades: requiere de una mejor alimentación, más balanceada y sana, así como ejercicio constante. No hacerlo puede traer consecuencias en la báscula. ¡Evítalo! El portal Panorama recomienda estos 5 hábitos de tu rutina:
1.- No ingerir poca agua. El agua es uno de los mejores agentes que ayudan a la expulsión de toxinas del cuerpo a través de la orina. Si tomas poca agua, este proceso no se da eficientemente.
2.- Sentarse a comer y no prestarle atención a los alimentos. Si sueles sentarte a comer viendo televisión, o con el teléfono a la mano en las redes sociales, te debemos alertar que no es nada sano. La mente estará concentrada en cualquier cosa menos en lo que estás comiendo, lo que no te permitirá medir bien las porciones o peor aún, distorsionar la sensación de saciedad.
3.- Entregarse al sedentarismo. El metabolismo cambia a los 30, necesitas ayudar a tu cuerpo a quemar grasa que no necesita. Se recomiendan rutinas de ejercicio diario de al menos 30 minutos, que podrían ser desde caminatas, andar en bici, u otra actividad aeróbica de bajo impacto.
4.- No desayunar. Es un grave error, debido a que el cuerpo demanda alimentos cada cuatro horas para equilibrar la insulina encargada de regular el almacenamiento de agua y el apetito, no desayunar provocará que se manifieste un aumento de peso.
5.- Permitir que te afecte el estrés. El estrés es un agente que activa la insulina, por lo que el organismo comienza a cumular más grasa. La ansiedad también se puede despertar con el estrés, provocando que tengas una sensación de hambre que pareciera no lograr saciarse.
Por: Daniela Chirinos Arrieta