Es un proceso que puede lograrse con esfuerzo.

El poder de la disciplina

Ser disciplinado es el único camino para alcanzar cualquier meta

La motivación y la inspiración son importantes para plantearse objetivos, pero definitivamente la mejor manera de alcanzarlos es con disciplina. Cuando las cosas se ponen difíciles, cuando los obstáculos parecen más grandes que cualquier cosa, es cuando la disciplina hace su trabajo. Suena muy sencillo, pero realmente es algo que requiere trabajo y paciencia.

Lucía Jiménez Vida (www.luciajimenezvida.es), formadora y conferencista, especializada en productividad y hábitos aseguró a la agencia EFE que los rituales de hábitos, rutinas compuestas por la repetición de una serie de actos o modos de proceder o conducirse que tienen un objetivo concreto, nos ayudan a condicionar nuestra mente para alcanzar nuestros objetivos sin necesidad de motivarnos.

Así que los rituales ayudan a generar el estado emocional que hace falta en cada instante, por ejemplo, lograr energía para empezar por las mañanas, relajación para tener un sueño reparador cada noche, concentración para sacar adelante una tarea exigente o calma para hablar en público, e incluso la energía que hace falta cada día para hacer ejercicios y mantenerse saludable.

Ahora bien, el problema es cómo llegar a ser disciplinados. Todo empieza por la mente. Las pequeñas acciones empiezan a hacer una gran diferencia en el tiempo, así se van desarrollando los hábitos conscientes que son los impulsos para lograr los objetivos.

Acompaña la disciplina con

  • • Autocontrol
    • Autoconfianza
    • Enfoque
    • Paciencia
    • Satisfacción

Manos a la obra

• Lo primero que se debe hacer es controlar las distracciones que se convierten en fugas de energía. Hay que olvidarse del zapping y scrolling sin sentido que puede secuestrar la atención por horas. Redirigir la atención a la vez la energía, es un trabajo necesario.

• Adiós a la pereza y a la procrastinación. Antes de sobreanalizar sobre hacer o no algo, se puede contar cinco segundos y simplemente hacerlo. Suena sencillo, porque lo es.

• Agendar ayuda, incluso los descansos. El orden y la organización son un aliado ideal de la disciplina. Resultará confuso para el inconsciente dar señales contradictorias si eres un caos en lo externo e interno, y, a la vez, buscas autodisciplina. Registra tus compromisos, cúmplelos; asigna espacios de descanso y de recuperación física y mental para balancear este nuevo hábito. Lo más importante: hacerlo consciente.

Por: Sara Pacheco