Las ETS: Un riesgo a cualquier edad

Jóvenes y adultos están expuestos a enfermedades de transmisión sexual

Más allá de las implicaciones emocionales, terminar una relación amorosa y volver a la soltería conlleva a retomar con muchísima seriedad los cuidados de una vida sexual responsable. Y es que, la tasa de contagio de las enfermedades de transmisión sexual (ETS) está en franco aumento tanto en jóvenes y como adultos.

Para muestra, un botón. En Estados Unidos, después de los resfriados y la gripe, las ETS son las infecciones contagiosas más comunes. Estas enfermedades son provocadas por virus o bacterias mediante cualquier tipo de contacto sexual.

No importa tu estado civil, edad, ni orientación sexual, siempre estás en una posición de vulnerabilidad frente a estas patologías. Si vas a comenzar a compartir intimidad con una nueva pareja, debes tener claro que estás expuesta al historial de salud sexual de su vida antes de ti.

Muchas de esas infecciones tienen síntomas que apenas son notables, pero sus efectos pueden ser devastadores, sobre todo si no se diagnostican ni se tratan. Según el portal web holadoctor.com, la enfermedad inflamatoria pélvica es una complicación en las mujeres, con frecuencia debida a la clamidia y a la gonorrea, y pueden conducir a la infertilidad.

Si no estás en una relación completamente monógama, es importante realizar pruebas de rutina para diagnosticar o descartar las ETS. Algunas se pueden curar, mientras que otras se pueden manejar si se detectan pronto.

Algunas de estas enfermedades son asintomáticas, por lo que sin un examen que las identifique hacen del individuo un foco de contagio. En todo caso, estos son algunos de sus síntomas:

  • Flujo vaginal anormal.
  • Úlceras genitales.
  • Dolor abdominal.
  • Ganglios linfáticos de la ingle inflamados y doloridos.
  • Fatiga y dolor generalizado.
  • Secreción vaginal transparente, blanca, verdosa o amarillenta
  • Fuerte olor vaginal
  • Irritación vaginal
  • Dolor durante las relaciones sexuales

Las ETS que no se tratan pueden provocar lesiones en los órganos, cáncer, infertilidad y en algunos casos la muerte. Por lo que es recomendable, el uso frecuente de condones reduce en gran medida el riesgo de contagio, así como las vacunas para prevenir el VPH y la hepatitis B.

Si tan solo sospechas que has estado expuesta a una ETS, consulta con tu médico. El diagnóstico y tratamiento oportunos son fundamentales para salvaguardar tu salud, evitando complicaciones más graves y potencialmente mortales, y así de una manera responsable evitas infectar a otros.

Por: Daniela Chirinos Arrieta