Lenguaje inclusivo en instituciones

¿Llegó para quedarse?

Constituciones como la de México, Venezuela, Bélgica así como la Organización Internacional del Trabajo publicó unas propuesta en enero de 2011, sobre lenguaje inclusivo en textos oficiales con el fin de promover la igualdad de género.

Organismos como las Naciones Unidas (ONU)  han comenzado a implementarlo oficialmente. En su página web se puede leer un dosier de Orientaciones para el empleo de un lenguaje inclusivo en cuanto al género en español, dirigido a su personal para aplicarse a todo tipo de situación comunicativa: Oral o escrita, formal o informal, con un público tanto interno como externo.

No obstante, aclaran que  los principales retos del español para una comunicación inclusiva en cuanto al género son:

  1. La confusión entre género gramatical, género sociocultural y sexo biológico
  1. El nivel de conocimiento de los recursos que ofrece la propia lengua para hacer un uso inclusivo dentro de la norma
  1. Las asociaciones peyorativas que han heredado del sexismo social algunos equivalentes femeninos.

De ahí que, también tengan disponible material complementario en el que recomiendan: Evitar expresiones discriminatorias, visibilizar el género cuando lo exija la situación comunicativa; y no visibilizarlo cuando no sea necesario.

Se trata de varios corolarios en los que sugieren: Evitar expresiones con connotaciones negativas, por ejemplo, “los hombres no lloran”, “actúa como una niña”, “Se comporta como un hombre/como una señorita”.

También plantean Evitar expresiones que perpetúan estereotipos de género, es el caso de frases como “Lo invitamos a acudir con su esposa al acto” y cambiarlo por “Le invitamos a acudir con su pareja al acto”.

 Lo anterior sirve además para orientar sobre la usabilidad del lenguaje inclusivo y está disponible en https://www.un.org/es/gender-inclusive-language/guidelines.shtml

¿Cómo saber si estamos usando expresiones discriminatorias?

Para disipar dudas en cuanto a si se están usando o no expresiones discriminatorias, la ONU propone un sencillo ejercicio: Al Invertir el género: ¿cambia el sentido o el énfasis de la expresión si se invierte la designación o el término de masculino a femenino o viceversa? ¿Suena extraña la expresión?

En todo caso, al revisar con minuciosidad este dosier de la ONU se evidencia que la organización apunta más a un lenguaje no discriminatorio en general que al uso  morfema –e promovido por la comunidad LGBT+ y movimientos feministas.

Por: Daniela Chirinos Arrieta