10 tips para dejar de subir de peso por ansiedad

¡No te comas tus emociones! Recomienda la autora Angeles Wolder

Existe suficiente evidencia sobre la influencia que tiene la ansiedad en la salud. Pero ¿sabías que cada síntoma refleja un tipo de estrés? Pues sí, un aumento de peso puede estar relacionado a la soledad y las zonas donde nuestro cuerpo almacena mayor cantidad de grasa brinda información sobre lo que nos está afectando.

La autora de Hambre Emocional, Angeles Wolder, conversó con el equipo de mujerde10.com para ofrecer 10 tips que te ayudarán a dejar de aumentar de peso por ansiedad:

  • Conocer la forma de tu cuerpo. Una de las formas de hacer un diagnóstico oportuno es conocer tu cuerpo y aprender a leerlo.
  • Ponerle nombre a lo que desestabiliza. Problema con la pareja, problema con padres, frustración, entre toros. Lo que pondera toda situación es la manera en que la interpretamos.
  • Asumir responsabilidades. Sentimos que los demás son los que tienen la culpa de lo que nos ocurre, sin embargo, hay que hacer un balance y asumir nuestra cuota de responsabilidad en mejorar la situación y no esperar que las soluciones vengan a nosotros.
  • Conectar consigo mismo. No te inventes historias ni te hagas ideas que no son. Asumir es el peor error que cometemos.
  • Hacer retrospectiva. El dolor es solo nuestro. Nadie tiene el poder de herir. Si tienes una herida y alguien alcanza a tocarla, se despierta el dolor. Por eso, el proceso de sanación debe venir de ti. Identificar la verdadera fuente del dolor para sanarlo definitivamente.
  • Reconocer si es hambre por ansiedad. El hambre llega progresivamente de forma lenta y al ingerir alimentos se calma. Pero el hambre por ansiedad no tiene saciedad.
  • El estrés hace que te comas algo en específico. Un sabor que pareciera que calma las tensiones. Eso no es hambre, es apoyarse en esa sensación que genera ese alimento como el chocolate para calmar una ansiedad.
  • La manera en que comes. Comer apurado, de pie, sin saborear la comida siquiera, no le da oportunidad al cerebro de asimilar el olor y sabor de la comida. Además, es una manera de cuidarnos el apartar esos minutos para disfrutar el momento.
  • Rechazo a ciertas comidas. Ya sea por su textura o sabor, en algunas oportunidades este rechazo guarda una estrecha relación con algún momento de la infancia en que se generó una emoción negativa y se asoció a algún alimento en particular.
  • No vivir en modo automático. Wolder, a través de su libro, brinda ejercicios para conocerte, gestionar las emociones y permitirte un mayor grado de conciencia sobre ti misma.