Probióticos: ¿Por qué debemos comerlos?
Conoce los alimentos que los contienen
Seguramente has escuchado o dicho infinidad de veces la frase “todo me pega en el estómago”. Y es que, los episodios de mucho estrés, la ingesta de antibióticos de manera prolongada, saltarte las horas de comer o tener una dieta poco balanceada, son enemigos de la flora intestinal al punto de sacarla de su equilibrio.
Sabemos que hay situaciones -como las descritas- que no puedes evitar. Pero tranquila, hay una solución natural: Los probióticos, que son bacterias buenas que viven en el intestino y ayudan a una buena digestión, una mejor absorción de los nutrientes, fortaleciendo el sistema inmunológico, mejorando considerablemente la salud general de nuestro organismo.
¿Qué le pasa a tus intestinos cuando está sometida a mucho estrés? Promueven que bacterias malas lo ataquen generando que el sistema inmunológico se avoque a atender esta situación, pero dejando al resto del organismo vulnerable y susceptible a otras enfermedades.
Aquí es dónde los probióticos hacen su trabajo, porque ayudan a combatir la acidez estomacal, previenen la colitis irritable, así como inflamaciones intestinales, infecciones urinarias, hemorroides, estreñimiento e incluso ayudan a prevenir el cáncer.
Por supuesto, hay alimentos que son ricos en probióticos, todos tienen algo en común: Han pasado por un proceso de fermentación. A continuación te mencionamos algunos de los más importantes:
- Yogur natural. Debe ser entero, sin frutas ni azúcar, preferiblemente envasado en cristal.
- Suero de mantequilla. Un tipo de leche fermentada similar al yogur.
- Té de Kombucha. Es de origen chino y surge del fermento a base a té verde o negro, contiene una gran variedad de microorganismos.
- Queso blando. Posee gran número de cepas de bacterias de lactobacillus casei.
- Chucrut. Se prepara a partir de repollo fermentado, típico de la cocina alemana.
- Zumo de chucrut. Jugo fermentado con alto contenido en lactobacillus.
- Chocolate oscuro. A partir de 80% de contenido de cacao sin azúcar; cuenta con hasta 4 veces más probióticos que los lácteos.
- Pepinillo encurtido. Pepinillo en vinagre, fermentado.
- Tempeh. Es un producto alimenticio procedente de la fermentación natural controlada de la soja y sirve como sustituto de la carne.
- Berenjenas encurtidas. Además de contar con bacterias o probióticos, también proporciona gran cantidad de agua y fibra.
- Pan de masa madre. La masa madre es harina y agua que fermenta de forma natural, aporta probióticos, prebióticos y microorganismos.
Si no eres muy fanática de los alimentos fermentados, también puedes conseguir suplementos que contienen probióticos, mientras más diversos sean en bacterias buenas, mejor será el suplemento. Esto promoverá el desarrollo de la flora intestinal saludable con mayor velocidad.
Por: Daniela Chirinos Arrieta